Es por el Plan “Instalación y Puesta en Marcha del Banco de Germoplasma Vegetal para la Conservación de los Bosques Nativos de la Provincia del Neuquén (BGVN)”, que se financia a través de los recursos disponibles de la ley de bosques nativos.
Como parte del Plan “Instalación y Puesta en Marcha del Banco de Germoplasma Vegetal para la Conservación de los Bosques Nativos de la Provincia del Neuquén (BGVN)”, que se financia a través de los recursos disponibles de la ley de bosques nativos, se propone lograr la conservación de la variabilidad genética de las especies vegetales que conforman el ecosistema del bosque nativo, cumpliendo un rol esencial en la conservación de la flora y de los recursos fitogenéticos de la Provincia del Neuquén.
“La conservación genética de las especies que crecen en el bosque nativo se logra a través de la implementación de un sistema de almacenamiento a perpetuidad del germoplasma vegetal, entendiendo por germoplasma, a toda parte de un ser vivo que tiene la capacidad de generar un nuevo ser, siendo en este caso puntual, la semilla, el germoplasma a conservar”, explicó el Director de Bosque Nativo de la Subsecretaría de Producción, Mariano Catalán.
Amplió que “para la conservación del material genético de las especies del bosque andino patagónico seleccionadas, se planteó un tiempo de almacenamiento de aproximadamente 5 años, tiempo en el que las semillas, tras ser sometidas a ensayos de calidad y a procesos de reducción de su humedad interna, son almacenadas a bajas temperaturas (-18° C; -20 °C)”.
El banco del almacenamiento se encuentra instalado en dependencias del Asentamiento Universitario de San Martín de los Andes (AUSMA), perteneciente a la Universidad Nacional del Comahue, donde comparten espacio físico con el Laboratorio de Análisis de Calidad de Semillas acreditado, desde el año 2.010, por el Instituto Nacional de Semillas (INASE – l/7680). “De esta manera garantizamos que los instrumentales y procedimientos para los ensayos necesarios para el análisis y determinación de la calidad de las semillas recolectadas, se realiza siguiendo lo establecido por las normas ISTA (International Seed Teasting Association).
A su vez, el plan contribuye directamente a los lineamientos estratégicos para la implementación de la ley 2780. La ejecución contempla la erogación de fondos totales equivalentes a $7.273.821, ejecutados en dos etapas. La primera etapa 691.282 pesos y la segunda etapa 6.582.539 pesos.
Actividades desarrolladas
Desde que se encuentra en funcionamiento el plan, se realizaron cosechas de semillas en diferentes áreas de la provincia. Las especies principales cosechadas fueron araucana (araucaria), Nothofagus nervosa (raulí), Nothofagus obliqua (roble pellín), Nothofagus pumilio (lenga), Nothofagus antartica (ñire), Nothofagus dombeyi (coihue), Austrocedruschilensis (ciprés de la cordillera), Maytenusboaria (maitén), Lomatiahirsuta (radal), Embotriumcoccineum (notro), Chacayetrinervis (chacay), Luma apiculata (arrayán).
Además se realizó un convenio con los viveros provinciales para que se pueda conservar parte de la semilla que ellos mismos cosechan. De la misma manera también se trabajó con semillas aportadas por Corfone.
La Subsecretaría de Producción, mediante su Dirección General de Recursos Forestales, utilizó el instrumental durante las campañas de evaluación de la productividad de la araucaria para la cosecha de semillas, su conteo y evaluación posterior.
El Banco de Germoplasma Vegetal forma parte de la Red Argentina de Bancos de Germoplasma de Plantas Nativas (Red ARGENA), entidad de carácter civil que nuclea a las Universidades Nacionales públicas y privadas, diferentes órganos de gobierno, ONGs y personas naturales o jurídicas que poseen colecciones de germoplasma de especies vegetales nativas.
La segunda etapa del plan contempla continuar con las actividades que se vienen desarrollando, entendiendo la importancia de poder mantener el banco de semillas vegetales como fuente de información genética de diferentes zonas de la provincia, que pueden servir para restaurar áreas degradadas o que hayan sufrido un disturbio como incendios forestales, y preservar el material genético de especies que hoy se hayan en peligro de extinción o en estado de vulnerabilidad.